Hay veces que debes hacer algo y no tienes ni las más remotas ganas de comenzar. Qué malo es sentir el peso de la obligación!
Me gustaría estar ahora tumbada en el sofá leyendo a Risto Mejide en su segundo libro (recomendado 100 x 100!!), con el ventilador a todo volumen y ya por pedir con un mojito rebueno y una jarra al lado para llenar el vaso cuando esté a medias. La realidad es otra: las fierecillas han puesto el pasillo hasta arriba de cosas, mi hijo mayor no para de quejarse por todo y la bebé está a punto de despertar y esa sí que grita a pulmón pleno sin siquiera abrir los ojos.
Me gustaría darme un baño en la playa, salir a tomarme unas copas o bailar hasta que me de dolor en el abdomen... con qué poco nos conformamos cuando no tenemos nada!
Psicológicamente este encierro me está trastornando, no sé de dónde he sacado el don de desconectarme y mostrar la cara amable pensando que todo cambiará en poco tiempo. El mes próximo se me acaba la ayuda familiar y pese a tener un curriculum bastante adornadito no puedo trabajar por el momento, con los niños tan pequeños me es casi imposible.
Anoche soñé que un negro entraba a robar a casa (sorry, pero no era rubio, no voy a mentir por no parecer racista), se parecía al de Lost (que ni sé cómo se llama porque dejé de ver la serie en la primera temporada ya que no me motivó)... y el muy cabrón, con mi televisor en mano, me ofrecía empleo.
A ver si en el sueño de hoy le pregunto si cubre guardería, cuánto paga, horario de trabajo y cuándo podría incorporarme.
Me gustaría estar ahora tumbada en el sofá leyendo a Risto Mejide en su segundo libro (recomendado 100 x 100!!), con el ventilador a todo volumen y ya por pedir con un mojito rebueno y una jarra al lado para llenar el vaso cuando esté a medias. La realidad es otra: las fierecillas han puesto el pasillo hasta arriba de cosas, mi hijo mayor no para de quejarse por todo y la bebé está a punto de despertar y esa sí que grita a pulmón pleno sin siquiera abrir los ojos.
Me gustaría darme un baño en la playa, salir a tomarme unas copas o bailar hasta que me de dolor en el abdomen... con qué poco nos conformamos cuando no tenemos nada!
Psicológicamente este encierro me está trastornando, no sé de dónde he sacado el don de desconectarme y mostrar la cara amable pensando que todo cambiará en poco tiempo. El mes próximo se me acaba la ayuda familiar y pese a tener un curriculum bastante adornadito no puedo trabajar por el momento, con los niños tan pequeños me es casi imposible.
Anoche soñé que un negro entraba a robar a casa (sorry, pero no era rubio, no voy a mentir por no parecer racista), se parecía al de Lost (que ni sé cómo se llama porque dejé de ver la serie en la primera temporada ya que no me motivó)... y el muy cabrón, con mi televisor en mano, me ofrecía empleo.
A ver si en el sueño de hoy le pregunto si cubre guardería, cuánto paga, horario de trabajo y cuándo podría incorporarme.